En los suelos de los trópicos, las principales causas que aceleran la erosión se relacionan con ciertas prácticas de uso y manejo de los recursos naturales, que implican una alteración de la vegetación original, como son: la deforestación, el sobre pastoreo y un manejo inadecuado (disminución del período de descanso de la tierra para que el suelo recupere su fertilidad).
La cubierta vegetal en los suelos tropicales es indispensable para la protección del suelo. Tradicionalmente, la agricultura migratoria mantenía un equilibrio ecológico con los bosques tropicales, e impedían la degradación irreversible del suelo. Sin embargo, la creciente presión demográfica ha reducido los períodos de descanso, que ya no permiten una restauración de la fertilidad.
En la actualidad, las prácticas indiscriminadas e insostenibles que soportan la ganadería y la agricultura en estas regiones aceleran el proceso erosivo del suelo, principalmente en aquellas áreas con pendientes pronunciadas.
Alternativas más amigables con el suelo
Como alternativa, se han propuesto diversos sistemas de labranza de conservación (labranza cero, mínima, etcétera) que permiten reducir la erosión; asimismo, prácticas de manejo del suelo como los cultivos múltiples y el establecimiento de praderas permiten aumentar la cobertura superficial de los suelos, lo que reduce el impacto directo de las gotas de lluvias, posibilita una adecuada infiltración y disminuye la velocidad y capacidad de transporte del flujo superficial.
En los suelos tropicales de América Latina, el pastoreo de ganado para la producción de carne y leche es una de las actividades que mayor tierra usa, por lo que esta superficie está en un riesgo ecológico fuerte cuando es mal manejada. En esta región miles de hectáreas han sido deforestadas para el establecimiento de cultivos anuales o perennes como fuente de forraje para el sistema de ganadería extensiva. Después de un período, estas tierras son abandonadas, como consecuencia de la degradación del suelo por erosión, compactación y sobrepastoreo, lo cual origina que más tierras sean deforestadas para continuar con el ciclo de producción.
A los factores anteriores, en Sinaloa hay que añadir la sobreexplotación de la selva baja caducifolia para extraer forraje, madera y leña, la concomitante disminución en la capacidad de captación y conservación de la escasa agua de lluvia. En el caso de la madera del agostadero se utiliza principalmente para postes y para tutores de hortalizas, aunque especies como amapa, palo amargo y huanacaxtle se venden a aserraderos en una menor proporción. La leña se usa sobre todo en ladrilleras y otras pequeñas industrias.
La interacción de los factores descritos anteriormente, ocasiona que el sistema agrosilvopastoril esté provocando sobrepastoreo, agotamiento de los terrenos agrícolas, degradación (erosión y compactación) y, por lo tanto, bajos niveles de rendimientos agrícolas.
Proteja a sus suelos de la erosion
Typography
- Font Size
- Default
- Reading Mode