La agricultura orgánica permite reducir los costos de producción

Notas
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Floración de mango Kent en huerta con manejo orgánicoManejo orgánico del mango ofrece mayor rendimiento
Resultados de un proyecto apoyado en 2009-2010 por Fundación Produce Sinaloa, A. C., a través de su Consejo Consultivo zona sur, revelan que mediante el manejo agronómico con enfoque orgánico, los productores de mango pueden reducir sus costos de producción y obtener mayor rendimiento.

     El proyecto Desarrollo del paquete tecnológico para el manejo orgánico de mango en el sur de Sinaloa comprobó que los costos de producción se redujeron tres mil 890 pesos por hectárea en mango Kent, y dos mil 15 pesos por hectárea en la variedad Keitt; comparados con los costos de producción de una huerta de mango con manejo tradicional (ocho mil pesos por hectárea). Ver Cuadro 1.
     La investigación comprobó que utilizando un manejo de producción orgánico, la variedad de mango Keitt presentó el mejor rendimiento (12 mil 443 kilogramos por hectárea), con una densidad de población de 285 árboles por hectárea; mientras que Kent manifestó cinco mil 837 kilogramos por hectárea, con una densidad poblacional de 156 árboles por hectárea. En ambas variedades se utilizó un manejo de producción orgánico. Ver Cuadro 2.
     La ventilación que permiten en la huerta las podas fitosanitarias (en Kent) y productiva (en Keitt) ocasionan la reducción de los problemas de plagas y enfermedades, lo que repercute positivamente en la disminución de los costos de producción, al evitar el uso de agroquímicos; de esta forma las dos huertas superaron la relación beneficio-costo que se logra con manejo tradicional (1.7).

Paquete tecnológico de un huerto de mango bajo producción orgánica
Se basa en prácticas culturales y en evitar aplicaciones de sustancias externas, lo que se refleja en la disminución de los costos. A continuación se describe cada una de las actividades que conforman el paquete tecnológico.
Podas
Son las prácticas culturales más recomendadas para la producción de mango con enfoque orgánico. Son cuatro los tipos de poda aplicables a los árboles de mango: poda de formación, fitosanitaria (o de limpieza), poda de fructificación (o productiva) y la de rejuvenecimiento y regeneración. En este caso se realizaron dos tipos, las cuales se detallan a continuación.
     1. Poda fitosanitaria o de limpieza. Se realiza en árboles productivos; la temporada más recomendable para efectuarla es inmediatamente después de la cosecha; consiste en eliminar elementos como ramas secas y enfermas, restos de cosecha anterior (frutos y raquis de inflorescencias), ramas que enmarañen la copa, tocones secos y chupones. Esta poda es necesaria en todas las variedades de mango, y durante todos los años de su vida.
     Realizar la poda fitosanitaria es importante, ya que con ella se elimina la principal fuente de inóculo de diversas enfermedades (antracnosis, cenicilla y roña), además favorece la brotación de yemas florales.
     2. Poda productiva o de fructificación. Estimula la producción. Debe realizarse al terminar la cosecha. Incluye las podas de despunte y aclareo de copa; el despunte consiste en eliminar el ápice del último crecimiento vegetativo, se puede podar tres hojas abajo del ápice o de tres a cinco centímetros arriba de la rama del flujo vegetativo anterior. Para el aclareo de copa se erradican las ramas centrales, con lo que se favorece la entrada de luz y se estimula el transporte de carbohidratos hacia los puntos de crecimiento, estas dos acciones proveen de energía a la planta para que realice la brotación floral.
     Se utilizaron herramientas manuales, como tijeras chicas de poda, tijeras telescópicas, serruchos, machetes y escalera. Para prevenir infecciones de un árbol a otro, al terminar de podar cada árbol la herramienta se desinfectó con una solución de yodo (a tres mililitros por litro de agua).

Aplicación de nutrientes en los árboles
En los árboles de mango Kent y Keitt se realizaron dos aplicaciones de nutrientes. La primera se efectuó al suelo en la segunda quincena de enero de 2010; se empleó una mezcla de 50 litros de rumen fermentado durante dos meses, 20 litros de humus de lombriz y 130 litros de agua. Por cada árbol se aplicaron 20 litros del preparado, dirigidos al tallo;  después se regó. Durante la nutrición, los árboles de mango se encontraban en la etapa de amarre y crecimiento de fruto.
     La segunda aplicación se realizó vía foliar, durante la segunda quincena de abril de 2010 (dos meses después del amarre del fruto); la dosis empleada fue de 2.5 litros de mezcla por cada 100 litros de agua.
     También se puede utilizar abono como el súpermagro (que se elabora con 40 kilogramos de rumen o estiércol fresco de vaca, nueve litros de melaza, 20 litros de cenizas, cinco kilogramos de sales minerales, cinco litros de suero o leche bronca, un kilogramo de harina de pescado y agua (la suficiente hasta contar con un volumen de 150 ó 170 litros). Una vez integrados los ingredientes, la mezcla se deja fermentar en un recipiente bien sellado por tres meses, para almacenarlo a la sombra. El producto se puede utilizar por el sistema de riego (en dosis de hasta dos litros por cada 100 litros de agua); su uso vía foliar no es recomendable porque puede manifestarse en manchas en el fruto.
     En mango, el súpermagro se aplica a partir de la floración o durante la brotación vegetativa (septiembre); se debe evitar durante noviembre y diciembre, debido a que su alto contenido de nitrógeno puede retrasar la floración.

Prevención y control de plagas y enfermedades
Para prevenir y controlar plagas y enfermedades se podó en forma y tiempo correctos, y se controló la maleza en las huertas de mango Kent y Keitt; esto fue posible debido a que se favoreció la ventilación de la huerta debajo de los árboles y en sus copas.
     Con la poda fitosanitaria inmediatamente después de la cosecha y el retiro de desechos se previenen y reducen problemas de cenicilla en la floración, así como antracnosis y roña en frutos. No se aplicaron extractos vegetales ni de azufre o cobre para el control fitosanitario de la huerta, pues se enfocó en validar las podas.

Control de maleza
Esta actividad es importante porque la maleza puede ser hospedera de insectos-plaga e impedir la ventilación adecuada de la huerta, que es lo que más afecta al cultivo, sobre todo cuando las malas hierbas alcanzan una altura mayor a un metro, momento en el que se incrementa la probabilidad de enfermedades.
     Si en una huerta de manejo orgánico se desea conservar la maleza como cobertera, ésta debe podarse con machete o desvaradora, procurando mantenerla a una altura menor de 10 centímetros.

Riego
Los riegos para una huerta de manejo orgánico deben realizarse después de la brotación floral, debido a que el estrés (por sequía), en conjunto con la poda, es un factor que favorece la floración temprana y abundante, lo que puede ser una forma de preparar al árbol para que aproveche las temperaturas bajas durante el invierno, por poco frecuentes que sean.
     Si la humedad del suelo en octubre es escasa puede apoyarse con un riego para que los crecimientos vegetativos sean vigorosos, pero es recomendable no regar durante noviembre y diciembre, o al menos hasta la brotación floral. Posteriormente, a partir de la apertura floral, el agua es indispensable para garantizar el máximo amarre de frutos.

     Con información proporcionada por Juan Alberto Santoyo Juárez, responsable del proyecto Desarrollo del paquete tecnológico para el manejo orgánico de mango en el sur de Sinaloa, e integrante del Centro de Validación y Transferencia de Tecnología de Sinaloa (CVTTS), A. C.

Cuadro 1. Costos de producción de una huerta de mango con manejo orgánico.

 


Cuadro 2. Rendimientos estimados* de dos variedades de mango bajo un esquema orgánico.