Validarán variedades de Buffel, Formidable, Pecos y Laredo en condiciones de temporal

Notas
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Figura 1. Siembra de pasto Buffel.Se determinará la rentabilidad, rendimiento, calidad nutritiva y se establecerá su fluctuación de producción de forraje a lo largo del año


En el sur de Sinaloa se estima que se han establecido 25 mil hectáreas de praderas en temporal, de las cuales la mayoría corresponden a las variedades Llanero, Buffel común, Callie y Guinea.
     Las especies más comunes son Llanero y Buffel. Para la primera, su establecimiento en condiciones no óptimas de precipitación se ha reflejado en una baja persistencia de la pradera y, consecuentemente, en pérdida de productividad, aunado a su susceptibilidad a la plaga del suelo conocida como comején (termita). Buffel, en contraste, resiste la sequía y tiene una buena categoría como especie forrajera, pero presenta susceptibilidad en verano (época de lluvias) a la plaga conocida como salivazo, en las regiones de trópico húmedo.
     Uno de los principales problemas de las praderas perennes en temporal es la poca persistencia (dos a tres años) y su baja productividad (3 a 4 toneladas por hectárea por año) como resultado de uso de variedades de pasto inadecuado y que no soportan periodos de sequía mayores de seis meses.
     Los indicadores de la problemática de las praderas en temporal son: baja rentabilidad, uso de especies perennes de poca persistencia, mal manejo de la capacidad de carga animal, inadecuada fertilización, invasión de plantas poco deseables, sobrepastoreo en la época de sequía, compactación del suelo y bajo potencial de producción de semilla que asegure la resiembra natural.
     Como una opción para enfrentar esta situación, Fundación Produce Sinaloa, A.C. ?durante el ciclo 2011-2011,  a través de su Consejo Consultivo zona sur?, apoyará el proyecto Validación de las variedades de Buffel, Formidable, Pecos y Laredo en condiciones de temporal, para establecer su rendimiento, comprobar la calidad nutritiva (proteína cruda, digestibilidad y fibra detergente neutra) a cinco semanas de rebrote, conocer la fluctuación de producción de forraje a lo largo del año, y determinar su rentabilidad.

Nuevas especies de pastos superan en rendimiento y calidad a las praderas predominantes en temporal (Buffel y Llanero)
Una estrategia para mejorar la productividad del sistema de producción de doble propósito (agrosilvopastoril) es integrar en las unidades de producción el establecimiento de praderas en suelos de baja producción agrícola y hacer un reordenamiento en el uso de suelo, que permita revertir los procesos de erosión, los cuales alcanzan índices de hasta 25 toneladas por hectárea (t/ha) por año.
     El pasto Pretoria 90, ha superado a Buffel Común con 40 % más en producción de forraje seco. Esa diferencia es más marcada entre más seco es el año, y su calidad nutritiva es igual o mayor que la de Buffel.
     En contraste, el pasto Tanzania (Panicum maximún) es más exigente de humedad [más de 800 milímetros (mm)] que Pretoria 90, pues su mayor potencial de rendimiento se manifiesta en áreas con una precipitación superior a 600 mm anuales; además, tolera sequía de cuatro a seis meses y es resistente a la plaga conocida como salivazo o mosca pinta, y su potencial de rendimiento en trópico seco es de 6 a 8 toneladas de materia seca, dependiendo de la precipitación.Figura 2. Emergencia de pasto Buffel.

Una excelente opción para optimizar las unidades de producción
La validación de praderas de nuevas especies con alto potencial de rendimiento de forraje y calidad nutritiva es una alternativa para mejorar la productividad en las unidades de producción con ganado bovino doble propósito bajo condiciones de temporal, permitiendo revertir la degradación de los recursos naturales (suelo, agua y vegetación). Asimismo, con el uso de praderas perennes de temporal se hace más eficiente la disponibilidad de agua de lluvia hasta en 80 % (se pueden aprovechar hasta 400 mm por hectárea por año en zonas con precipitaciones de 500 mm al año); mientras que con el establecimiento de cultivos anuales (monocultivo de sorgo) bajo el sistema tradicional, la eficiencia en el agua de lluvia es inferior a 50 % (solo se aprovechan 250 mm por hectárea por año del agua de lluvia), el resto se pierde por escurrimiento superficial.
     El costo de establecimiento, mantenimiento y cosecha de forraje (henificado) es de 3 mil 500 pesos por hectárea; las praderas Pretoria, en condiciones de temporal alcanzan a producir de 6 a 8 toneladas de materia seca (dependiendo de la precipitación); con dicho rendimiento se obtiene un ingreso bruto de 6 mil a 8 mil pesos por hectárea (considerando que el kilogramo de materia seca de pasto tiene un valor en el mercado de 1 peso); con estos ingresos y egresos se obtiene una relación beneficio/costo de 1.7 y 2.2, respectivamente.
     Se espera que las variedades Buffel, Pecos, Laredo y Formidable, con alto potencial de rendimiento alcancen la misma rentabilidad. En la actualidad el cambio climático demanda pastos que puedan mitigar sus efectos con buena producción de forraje, pero además que sean capaces de persistir en condiciones de periodos prolongados de sequía tan recurrentes en la región.